El problema o uno de los problemas de la Sala Constitucional
Siendo corto y preciso, uno de los graves problemas de la Sala Constitucional es que no sabemos cómo piensan los magistrados, ahora te debes estar preguntando ¿cómo se hace para saber que piensa un magistrado? con brujería, con las cartas del tarot o se le llama y se le pregunta directamente.
Pues para lograr saber más o menos esto de leer los pensamientos de un magistrado, hay que llegar a un sistema judicial más sofisticado, y con ello no quiero decir que hay que usar inteligencia artificial o súper computadoras ni mucho menos.
Veamos un ejemplo con el caso Roe vs Wade que sentó precedente sobre el aborto en los Estados Unidos, pues la cosa va más o menos así, Ronald Reagan estaba presionando para terminar definitivamente con el aborto y lo quería hacer desde la Corte Suprema, y para ello escogió a una juez de la que ya todos tenían conocimiento de sus posturas conservadoras frente a este tipo de temas, con lo cual la decisión se inclinaría a la postura política de Reagan en el tema del aborto, pero en este caso no fue así el presidente salió perdidoso (si quieren ver más detalles sobre este tema recomiendo un documental en Netflix donde pueden ver la historia completa del aborto en los Estados Unidos).
Pero a que quiero llegar con todo esto, pues para la selección de la juez con el fin bueno o malo de Reagan en ese momento, sólo se pudo dar por la sistematización de la labor judicial, es decir, se contó con un registro preciso de las decisiones tomadas por la juez, y no sólo eso, sino que ya esa data estaba analizada y procesada, con lo cual se hace más fácil determinar tendencias.
Evidentemente en Venezuela esto no sucede pero ni por casualidad. Pero no solo por el hecho de que la data no está sistematizada y procesada, sino que además la carrera judicial es inexistente prácticamente, con lo cual es imposible saber cuáles son las tendencias de los jueces y mucho menos de los magistrados.
Pero ahora vamos a suponer que uno de los candidatos a magistrado no sea un juez de carrera de las instancias inferiores, sino un profesor universitario, sería lógico que ese prospecto debe contar con el requisito indispensable de (i) obras jurídicas publicadas en revistas, al menos, arbitradas; (ii) libros sobre la materia constitucional y no otra – o que al menos el derecho constitucional sea una de sus líneas de investigación principal – y (iii) en caso de que sea litigante, los datos procesados de los juicios que ha incoado al menos.
Pues mis amigos en el sistema de justicia venezolano nada de eso ocurre ni por un accidente del azar, en nosotros está mejorar este problema que no es el único, pero si uno muy grave, de no saber cómo piensan los que deciden que es o no constitucional.
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