@diazlawyer24
Lo que hoy escribiré no agradará a muchos, pero es que, la incongruencia yacente respecto a las elecciones regionales y la aparente comisión de fraude electoral por parte del CNE, llega a la cúspide de la sinrazón, incongruencia que no analizaré desde el aspecto de las cifras proporcionadas por el CNE (que en mi opinión, son absurdas y rayan de manipulación, lo que efectivamente, podría hacer presumir que el ente cometió fraude), sino, en la falsa creencia que la MUD es realmente una gran fuerza opositora. Así que, adelantando mi conclusión, de haber un fraude, no sólo debemos pensar en el fraude electoral, sino también, en el fraude político que permanente viola los derechos de la ciudadanía, producto de la obligada ignorancia política, de la que se aprovechan los líderes de los partidos políticos para así permanecer en el poder.
Lo anterior, me obliga, en lo personal, tratando de ser sensata y no dejarme llevar por las pasiones liberales y mi gran repudio a la ignorancia, al adoctrinamiento y la tiranía, a analizar algunos aspectos en relación a la pluralidad política opositora y los resultados de las elecciones regionales, para intentar comprender, en búsqueda de un norte, o de algún modo, tratar de descubrir ese velo oscuro que oculta una verdad, que pareciera inaparente, pero que en realidad lo es: ¿Porque perdió las elecciones regionales la MUD?.
Existe un movimiento opositor al régimen autocrático, que conforma una gran fuerza opositora, de la que es cierto, existen una “mayoría” de personas que rechazan de forma unánime el régimen dictatorial de maduro. Sin embargo, lo que no es cierto, es que ésta “mayoría” sea verdaderamente una <mayoría absoluta>, puesto que, formalmente figuran una unanimidad de personas, conforman una mayoría, empero, en la dinámica social, son un grupo de minorías que persiguen fines e intereses propios, y representan un bien común a cada uno de sus alineados, pero en unidad, actúan en palabras rousseaunianas, por el bien general, la recuperación de la democracia en Venezuela.
Ello nos obliga a estar conscientes, en primer lugar, que ésta “mayoría” poblacional, o ésta fuerza unitaria, materialmente, no lo es; in facto, por un lado, no todas las personas que conforman esa unidad pertenecen a la población votante, por otro lado, una parte importantísima de la población votante se encuentra en exilio, muchos han migrado del país huyendo del régimen (lo que se traduce, en un proceso electoral, que éste grupo de personas estadísticamente entraría en la cifra de abstencionistas), y la población votante restante, la que aún permanece en el territorio venezolano, no es una unidad política, sino, una pluralidad política, por lo que partiendo de aquí, decir que la MUD es una mayoría, es falso, y pretender echar culpas de la pérdida de muchas gobernaciones por las cifras de abstención, es una respuesta emocional e irracional, ya que dimensionalmente, no se está considerando, ni la voluntad de la pluralidad política (uno de los elemento de la democracia), ni las cifras de abstencionismo por exilio.
Ahora bien, dentro de la pluralidad política, otro de los puntos que debemos estar conscientes, es aquellos aspectos que devienen de la <voluntad> que finalmente inciden en el ejercicio del derecho del sufragio. En tal sentido, el movimiento opositor, no se reduce al grupo de partidos políticos que conforma y coinciden en la fuerza MUD, que aunque se presente como un “partido unitario”, en realidad, se trata de una entidad política de características representativas, ya que en ella coexiste una pluralidad de partidos políticos (quienes persiguen individualmente intereses privativos, pero se alinean en un bien común), que dentro de la unidad, nombran representantes de cada partido, para que bajo principios de democracia representativa, se someta a consideraciones todo lo relacionado a la entidad política.
Lo anterior quiere decir, que la MUD, tiene materialmente similitud, a lo que es un congresillo de representantes, conformado por toda clase de movimientos de izquierda y de derecha, que dentro de sus diferencias y fines privativos, se someten a la voluntad de las decisiones que resulten de cualquier clase de proceso referendario dentro de la entidad política, pues ello significa, el resultado de la expresión de la mayoría representativa; para luego, perseguir, como una unidad política, un bien común. Por lo que la MUD es una unidad política y una mayoría representativa con respecto a la pluralidad política que la entidad en sí misma representa, sus miembros, representan una voluntad de expresión de voto, que no específicamente coincide, con la expresión de voto de otros partidos políticos no alineados con la MUD, y es por ello, que no representa una mayoría con respecto a la oposición política al régimen autocrático, ya que en la unidad que conforma la oposición política al régimen, ella representa dimensionalmente un fragmento de la oposición política, y en consecuencia, un fragmento de votos.
Por otro lado, hay que considerar, que dentro de la representación política de la MUD, coexisten líderes y activistas políticos que generan rechazo poblacional, especialmente, entre la población votante opositora al régimen autocrático, cuya edad supera a los 40 años, puesto que dentro de la memoria histórica y política del país, algunos de éstos líderes y activistas políticos tienen responsabilidad, o de algún modo, figuraron en todo aquello que ocasionó los sucesos y distintos estallidos sociales de los años 90’, que concluyeron, en el surgimiento de un líder político unitario, que representó todo un movimiento político, y significó la constitución del partido político PSUV, y el resto de la historia ya la sabemos. Y es aquí donde debemos comprender, que la expresión de la voluntad en el ejercicio del sufragio en un actual proceso electoral en contra del régimen dictatorial de maduro, no específicamente significa, un voto a favor de la MUD, puesto que la voluntad en el voto genera rechazo al candidato, pudiendo ello ocurrir, inclusive, dentro de la propia entidad política unitaria de la MUD, puesto que, como arriba explique, ella está conformada por una pluralidad política.
Ahora bien, dentro del movimiento político opositor al régimen dictatorial, existen otros movimientos y partidos políticos no alineados a la MUD, como es el caso del movimiento de centro o liberalismo en cualquiera de sus modalidades, movimiento que vale acotar, es del cual surge la llamada resistencia, que hoy en día, representa concentrada también, una fuerza importante de repudio a la dictadura, en dimensiones muy similares a la MUD (su principal partido político es Vente Venezuela, pero también, coexisten en ésta fuerza otros partidos independientes). Por otro lado, también hay que considerar, los recién denominados Chavistas Demócratas, aquellos que se catalogan de chavistas o socialistas pero no maduristas o comunistas (que también concentran un grupo de partidos independientes de izquierda opositores a la dictadura, de los cuales algunos decidieron no participar en elecciones, otros, participar en elecciones sin alinearse a la MUD ni al PSUV). Por lo que, siguiendo el orden de ideas que venía expresando, éstos partidos, también conforman una pluralidad política dentro de la unidad opositora al régimen autocrático, y a su vez, dimensionan una expresión de voluntad política o voluntad de voto, muy distinta a los intereses de la entidad unitaria política de la MUD, y he allí, la decisión de no participar en elecciones de algunos, e inclusive, que los alineados a éstos partidos políticos decidiera no acompañar con su voto a la MUD, lo cual no puede ser, bajo ningún motivo, repudiable, pues se trata de la expresión de la voluntad de éste grupo social.
Todo lo anterior, nos lleva a comprender, que la realidad política y partidista en nuestro país, es mucho más compleja de lo que los mismos nos hacen creer, que la expresión de la voluntad, va más allá que de la simple afirmación de ser una mayoría opositora a la dictadura de maduro, y que por lo tanto, lo ocurrido éste 15 de Octubre del 2017, obliga seriamente a todos los partidos políticos replantear su estrategia, ya que no pueden seguir cometiendo fraude político, y la voluntad (ya sea el abstencionismo consensuado como ocurrió en el caso de Vente Venezuela, o en el caso de los partidos independientes y no alineados) cada vez es más firme en su expresión, no es lo que los representantes decidan, es lo que la ciudadanía exige.
Pero más importante aún, que toda ésta experiencia (existiendo o no fraude electoral cometido por el ente institucional del CNE) obliga a los partidos políticos a tener una mejor relación con sus ciudadanos alineados, que cada vez están más conscientes de sus derechos, que cada vez son menos ignorantes políticamente, que cada vez buscan más políticos y menos politiqueros, pero muy especialmente, que cada vez más exigimos la existencia de la democracia en los procesos electorales, ya que la defensa de nuestros intereses privativos es lo que conlleva a la existencia de la pluralidad política y no de la unidad política, lo que finalmente obliga a la democracia representativa.
OGDS
17/10/2017
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