Por: Igor Cuotto Arellano*
Acabo leer el artículo de Henry Kissinger en el WSJ y su llamado a que Estados Unidos cambie su política nacional e internacional para generar un nuevo orden, con los EEUU a la cabeza.
Queda demostrado con esta crisis del COVD-19 la gran fragilidad de la economía internacional, una “simple gripe” como dijeron algunos, tiene al mundo temblando y no sabemos si es por su daño a las economías o por la cantidad de muertos que está generando y pueda seguir generando, parece que lo primero prela sobre lo segundo, ¿Será que si este Virus hubiera generado cien mil muertos en África solamente el mundo hubiera volteado a ver? Y me pregunto si Kissinger hubiera escrito un artículo sobre la necesidad de acción de los EEUU, la respuesta es no, pero existen amenazas y oportunidades ante esta nueva realidad post COVID-19.
Kissinger hace un llamado a un mayor sentimiento nacionalista y de propósito, algo que es importante en el discurso político y en la gente, si no hay o no se percibe un propósito en el discurso de los líderes políticos o empresariales lo más seguro es que la gente no los siga y además renuncien muy fácilmente a este, si es que algún momento lo vieron. Parece que en este momento solo Angela Merkel ha logrado tal objetivo en el manejo de esta crisis, lo cual no es una amenaza para EEUU pero si para la UE ya que está más débil luego del BREXIT y el de no aparecer una imagen que pueda suceder a esta magnífica líder. Lo que si es cierto es los EEUU por su mal manejo, hasta ahora, pierde poder o influencia internacional ya que demuestra cómo se ha generado un caos entre las instituciones en ese país de cómo responder a la crisis y donde sus ciudadanos están en el medio de esto.
Hace mención Kissinger de la necesidad que crezca la confianza pública y la solidaridad social algo que parece difícil en el corto plazo y más donde se ha demostrado que el sistema da respuesta al tema económico pero que ha sido incapaz de dar respuesta al tema de salud y donde hay más de 27 millones de personas que no están aseguradas y otros tantos cuyos seguros tal vez no cubran los gastos médicos o en donde el servicio se le dará a los ciudadanos americanos y no a los extranjeros que viven en EEUU.
Las instituciones nacionales e internacionales demostraron incapacidad de hacer frente a esta Pandemia, vemos como la confrontación comercial, ideológica y geopolítica afectó la capacidad de respuesta en distintas escalas, el no escuchar las advertencias de la OMS es el mejor ejemplo de ello y el no articular eficientemente una política mundial de salud es imposible pensar cuando las instituciones nacionales fallaron. Dice Kissinger que hay que “…Abordar las necesidades del momento debe, en última instancia, combinarse con una visión y un programa de colaboración global…”
La hoja de ruta que propone Kissinger son:
Primero, apuntalar la resiliencia global a las enfermedades infecciosas. En el cual Kissinger se centra en la necesidad de un apoyo total y global a cambiar la forma como ha sido vista la ciencia médica y hacer un gran esfuerzo global en financiar muchas más la investigación para evitar esto en el futuro. Un llamado a los líderes del mundo a ser mucho más humanos en un universo donde lo económico es lo que impera y donde la I&D es necesaria.
En segundo lugar, esforzarse por sanar las heridas de la economía mundial. Nuevamente un llamado “extraño” de Kissinger ya que el expone que los estragos, las consecuencias de esta Pandemia a las economías son inmensas pero que las iniciativas de la comunidad internacionales y en principal las “grandes naciones” “…deberían tratar de mejorar los efectos del caos inminente en las poblaciones más vulnerables del mundo.” En mi opinión, este llamado no es ingenuo, y es un llamado a los EEUU y al establishment donde tienen que voltear a afianzar otras naciones no poderosas “económicamente” ya que de depender solo de las principales economías es en sí una debilidad estratégica.
Tercero, salvaguardar los principios del Orden Mundial liberal. Aquí viene algo interesante, Kissinger invita a mantener lo que son los estados modernos a entender que el comercio internacional es imprescindible mantenerlo, más allá de discursos nacionalistas, y garantizar el movimiento de personas en el mundo. Estos dos puntos parecen una crítica directa a Donald Trump, y a todos los nacionalistas, donde ha ejecutado políticas de cerrar puertas tanto en lo comercial como a las personas del mundo y como dice Kissinger regresar a los conceptos de “ciudad amurallada”.
Señala Kissinger “El desafío histórico para los líderes es manejar la crisis mientras se construye el futuro.” Llegará un nuevo orden mundial impuesto por esta Pandemia, no tengan la menor duda, así como hubo un antes y un después del 11 de septiembre. Hoy nos damos cuenta lo frágiles que somos como países, comunidad y personas, si alguien quiere levantarse como líder de sus país, de su comunidad o del mundo debe tomar en cuenta algunos de los temas aquí descritos y darle un propósito a la comunidad internacional de la necesidad, del porque seguir y estrechando la colaboración, no solo entre los más poderosos sino también entre los más pobres o menos desarrollados. Ya nos dimos cuenta que esta “gripe” tiene el mundo en un caos absoluto pero, tal vez, es la gran oportunidad para generar un nuevo orden internacional con mayor conciencia colectiva y no sabemos si vamos a tener otra oportunidad o cuando será, así que lo mejor es actuar.
* abogado, especialista en Negociaciones Económicas Internacionales y en Políticas Comerciales, trabajó en PDVSA en la Gerencia de asuntos Internacionales, ha sido asesor de la Misión de Venezuela ante la ONU en Ginebra, Coordinador del G15, consultor en Negociaciones y Resolución de Conflictos, director de Cambridge International Consulting e instructor del Modelo de Negociación de la Universidad de Harvard, director de GRICONCA asesores en inversión alternativa y negociaciones complejas, Presidente de FUNDALIDER, abogado asociado de Ross&Asmar LLC Miami y Nueva York, ha trabajado como consultor y mediador en construcción de acuerdos empresariales y judiciales en Ecuador, Colombia, Argentina, México, República Dominicana, EEUU, Suiza, España y Venezuela.
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